AMENAZAS POR LA SELVA Y POR SARAYAKU
Millones
de hectáreas de selva aniquilados cada año
Ya no es un secreto para nadie:
excepto unas reservas naturales, es hoy en día la totalidad
de la selva amazónica que es amenazada y con ella la totalidad
de todas las selvas tropicales del mundo.
Por
más que se sabe, decir y decir otra vez que es una catástrofe
inconmensurable, un desastre por la biodiversidad, incluso una amenaza
seria por la supervivencia de la humanidad, no sirve para nada:
continua la destrucción, año tras año. Hoy,
nada más que en el Brasil, ¡ un millón de hectáreas
de selva es aniquilado cada año para plantar soja !
Los
pueblos que viven en estas selvas han sido claro los primeros afectados
por esta destrucción sin precedentes. Muchos puramente y
sencillamente desaparecieron, la mayor parte han vivido un terrible
desmantelamiento cultural y social. Los que permanecen, a menudo
muy conscientes de lo que va a suceder, luchan tenaces por su supervivencia
y su dignidad.
La explotación
petrolera en el Ecuador
A
fin de desarrollar la explotación del petróleo amazónico,
el Estado ecuatoriano ha pedido prestado miles de millones de dólares
en el extranjero, endeudándose de una manera horrorosa. Círculo
vicioso, el Estado no puede esperar reembolsar sus deudas sino aumentando
aún la explotación petrolera, lo que implica una super
explotación rebasando todas límites.
1.500.000
hectáreas ya son explotadas.
500
km de carreteras han sido construidos para permitir la instalación
de 400 pozos de bombeo. Estos pozos generan cada día 17 millones
de litros de residuos tóxicos no descontaminados. Estos residuos
son vertidos en estanques a cielo abierto que desbordan durante
las lluvias tropicales y se derraman en la selva.
En
algunos ríos, ha desaparecido toda forma de vida.
Las poblaciones
indias que vivían en estos territorios fueron diezmaradas
por la gripe, los problemas respiratorios, los canceres y los trastornos
neurológicos.
En
1995, el Ecuador abría diez nuevos bloques de 200.000 hectáreas
para una futura explotación, entre los cuales está
el territorio donde vive el pueblo kichwa de Sarayaku. Unos de ellos
se sitúan en zonas declaradas reservas mundiales de la biosfera
por la UNESCO.
Se
estima que las reservas petroleras del Ecuador podrían estar
agotadas dentro de unos quince años, dejando las compañías
tras ellas un desastre ecológico y una situación desesperada
por los 200.000 últimos habitantes de la selva.
Los pueblos autóctonos de la Amazonía ecuatoriana
que viven en el norte del país han conocido, en los años
60, la llegada de las compañías petroleras. Actuando
con un odio desdén tanto a los pueblos como a la selva, estas
compañías pronto han provocado un inaudito desastre
ecológico : tanto petróleo y sus residuos han fluido
en los ríos y las lagunas que se lo compara con varias decenas
de naufragios del Exxon Valdez. Los colones han traído la
droga, la corrupción, la prostitución. Los pueblos
indígenas, agotados y enfermos, han tenido por la mayor parte
que abandonar sus tierras y ubicarse en las chabolas de ciudades
violentas.
La amenaza del petróleo por Sarayaku
Hoy en día, los
pueblos indígenas del sur del país, entre los cuales
el pueblo kichwa de Sarayaku, hacen frente para rehusar esta suerte
degradante. Sarayaku, en particular, se ha desmarcado desde hace
más de 10 años por su tenacidad. Fueron años
terribles, duros y abrumadores, por este pequeño pueblo de
1200 habitantes. Los episodios de esta lucha darían temas
a una espesa novela (amenazas, corrupción, torturas, presencia
militar, etc…)
En
2003, 600 obreros de la Compañía Petrolera, protegidos
por 400 militares con armas, invadieron ilegalmente el territorio
de Sarayaku con el fin de proceder a operaciones sísmicas.
Durante varios meses, enterraron centenares de kilos de explosivos.
Sarayaku
opuso una resistencia tenaz y no violenta: campañas en el
WEB, peticiones internacionales, apoyo de parte de organizaciones
como Greenpeace y Amnesty Internacional, campamentos de paz y, sobre
todo, una denuncia puesta ante la Corte Internacional de los Derechos
Humanos en contra del Estado ecuatoriano por violación de
su constitución.
La
CIDH ( la instancia judicial más alta del continente americano
equivalente a la corte de justicia europea de La Haye ) admitió
la denuncia y la Compañía fue rogada que se retirara
de los territorios ¡ poco tiempo antes del encendido de los
explosivos ! Un amplio juicio está en curso desde entonces.
Una victoria de Sarayaku sería un gran estreno por los pueblos
autóctonos y un formidable avance. Un caso de jurisprudencia
a favor de todos los pueblos autóctonos americanos.
La
“Frontera de Vida” es un nuevo paso que se añade
a los anteriores para impresionar durablemente las mentes a nivel
internacional. Un análisis minucioso de la situación
actual ha llevado a los indígenas de Sarayaku a reconocer
el carácter indispensable de completar los medios de lucha
actuales, jurídicos y mediáticos, por “la Frontera
de Vida”. De ello depende su supervivencia. Ni el Estado,
ni las compañías petroleras están a punto de
renunciar a sus logros.
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