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LA VIDA COTIDIANA EN SARAYAKU
La vida en
armonía con la naturaleza
La
chacra es el equivalente de nuestro huerto. En ella se
cultivan la yuka (mandioca), varias clases de plátanos y
de habas, piñas, maíz, frutas de palma como la chonta,
pimiento, unos agrios (naranja, limón, pomelo), naranjilla
(fruta parecida a una grosella gorda), batata, papa china y muchos
otros tubérculos, caña de azúcar, tomates,
una especie de cebolleta, judías, una especie de calabaza.
Las plantas se sembran y se plantan según la calidad de la
tierra. Desbrozo y quemada sólo se hacen en pequeñas
partes. La chacra se utilizará el tiempo de una cosecha o
sea más o menos dos años. Después, se abandonará
el terreno a la naturaleza por un mínimo de diez a quince
años. En ese terreno, se habrán sembrado palmeras
chonta, chambira, morete, frutales como Uvilla y Killa (cacao silvestre),
barbasco (la raíz que se utiliza para pescar) que seguirán
produciendo durante varios años.
La
caza comunitaria sólo se practica en algunos momentos
del año, para dejar los animales en paz durante los períodos
de reproducción. Pero la caza familiar se practica con más
regularidad, a menudo una vez a la semana, en poca cantidad, para
asegurar la alimentación de la familia. Cazamos con cerbatanas,
tirando flechas remojadas en curare (veneno vegetal), con trampas
o carabinas. Desde los 8 años de edad, un niño puede
cazar un pájaro con la cerbatana. Un adulto, a partir de
los 15 años, cazará un animal más gordo con
una carabina. Hay sitios en los que no se puede utilizar la carabina:
zona sagrada o demasiado cerca de las casas.
Frecuentemente, cazamos dos especies de jabalí (wanta, watusa),
varias clases de pájaros; más raramente, el tapir,
porque en peligro de extinción, unos monos, el armadillo,
las ardillas. Al volver de la caza comunitaria, ahumamos la carne
para su conservación.
La pesca comunitaria sólo se practica en momentos
bien determinados del año, cuando está casi agotado
el río Bobonaza. Utilizamos una técnica ancestral:
las raíces de barbasco, cultivadas en la chacra, son aplastadas
y dan un zumo blanco que se echa al agua donde capta el oxígeno
lo que obliga los peces a remontar hacia la superficie para respirar.
Entonces basta con cogerlos con redes.
El producto, diluyéndose en el agua, no es nada peligroso.
Luego, como con la carne, hay que ahumar el pescado para conservarlo.
La pesca familiar es cotidiana. Son a menudo los hombres o los niños,
pocas veces las mujeres, que pescan con cañas hechas ahora
con un hilo de nilón y un anzuelo comprados en la ciudad.
Antes, el hilo era de fibras de palmera y los anzuelos eran dientes
de hormigas gordas. Eso proporciona un poco de pescado para la comida
familiar: bagre, bulukiki, jandia, muta, tanla, chalua, shikli,
…
La cerámica
es una artesanía ejercida por las mujeres. A base
de arcilla muy fina, morena, beige o gris, modelan todos nuestros
recipientes, del más pequeño, para beber la chicha
(cerveza o leche de yuca (mandioca) según su grado de fermentación),
al más grande (jarras para la conservación), pasando
por todos los platos útiles en la cocina. Los adornan muy
fino usando polvos de rocas a guisa de colorante y pequeños
mechones de su pelo a guisa de pincel. Luego, cocen la cerámica
en una hoguera; después la barnizan cuando está todavía
caliente con resina del shilkillu (árbol).
Las mukawas o puros sólo se usan para beber la chicha.
La tinaja es una jarra grande, generalmente pintada de rojo y blanco,
para conservar la chicha durante la fermentación.
Las callanas, de color gris oscuro, sólo se usan para la
comida. No están pintadas pero recubiertas con el líquido
de una hoja de papa china; luego, cocidas en una hoguera.
La palmera
es útil de cabo a rabo. Hay muchas variedades de
palmeras. Se recoge la fruta de la palmera morete, chili, chambira,
chiwa, chonta. Se come el corazón de la chonta, del chili,
paraputu, ramos, chiwa.
Las hojas de la palmera wayura y ukscha se utilizan para los tejados
de las casas. Las nervaduras de las hojas de chambira se trabajan
para fabricar cuerdas, cordones, cepillos. Chambira, chili y chonta
se utilizan en la artesanía y la construcción.
Cuando es demasiado vieja para permitir las cosechas, se corta,
se recoge el corazón del tronco para cocinarlo. Luego se
la deja podrir (lo que es rápido en el clima caliente y húmedo).
Esto atrae una especie particular de insectos que ponen sus huevos
en ella. Cuando los huevos se han vuelto larvas gruesas, se recogen
y éstas constituyen un plato de calidad para los kichwas.
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